Higiene en la Naturaleza

La realidad es que los desechos humanos, por los patógenos que traen, son peligrosos para la salud tanto para las personas que lo habitan como para la flora y fauna dentro de los ecosistemas.

¿Cómo hacerle?

1. Encontrar un baño
   Esto es lo más sencillo, pero la mayoría de las rutas no tienen un baño cerca, por lo que es la opción más descartable.
2. Cavar un hoyo (“Cathole”) entre 15 y 20 cm
   De este modo, dejas tus desechos en donde exista más actividad microbial que la pueda “deshacer” más rápido.
   Importante considerar:
   1. Más hondo y te alejas de la actividad microbial y te acercas a la mesa de agua. Más superficial y arriesgas que se descubran tus desechos por medio de erosión, intemperie o la vida silvestre.
   2. Aún enterrados, los patógenos en los desechos humanos tardan 2 años en descomponerse, por lo que es importante estar alejados de fuentes de agua para evitar contaminarlas. Leave No Trace recomienda estar a 60 metros (dimensionado por 70 pisadas grandes) de distancia de cualquier fuente de agua.
3. Empacarlo
   No es la opción más cómoda pero si no hay otra opción, es lo que se tiene que hacer.
   
   

Ciertamente el papel de baño se descompone con el tiempo, pero le toma de 1 a 3 años en hacerlo, dependiendo de varios factores, incluyendo si han sido enterrados o no. Aunque uses papel biodegradable, este también tarda entre 1 a 2 meses en descomponerse completamente (Ecogradable, 2021).

No sólo es contaminación visual (algo muy desagradable para los demás montañistas) pero también su afectación a la flora y fauna de la zona. Para esto sólo hay una opción: empacarla.

Si vas a acampar o hacer una ruta larga y no quieres cargar con tanto papel de baño usado: Dana Hendricks, de Pacific Crest Trail Association, recomienda comprar un trapo para orinar.

Lo guardas en un compartimento especial y lo puedes enjuagar tan seguido como quieras (cuidando que estes 30 metros de distancia de cualquier fuente de agua) y si lo secas al sol o lo cuelgas de tu mochila no debe oler mal.

Aunque podemos creer que al igual que los animales silvestres, nuestras mascotas pueden defecar libremente, la verdad es que éstas tienen una alimentación diferente. Los primeros comen plantas de la misma área y regresan los mismos nutrientes al ambiente. En el caso de los perros, la comida procesada, los medicamentos y las vitaminas que les damos significa que sus desechos tienen patógenos y nutrientes dañinos para otros animales y el ambiente (Leave No Trace, 2017).

Además, si están cerca de fuentes de agua, sus desechos podrían provocar la proliferación de algas y contaminación de fuentes de agua con E.Coli y giardia (Leave No Trace, 2017).

Los desechos caninos tardan mucho en descomponerse, por lo que aplican las mismas reglas que con los desechos humanos: empacarlo o enterrarlo.